domingo, 8 de octubre de 2017

Instrucciones para viajar sobre el lomo de un puma



Este texto lo escribí hace muchos años, cuando investigaba sobre los animales del pastizal pampeano y leía además “El naturalista en el Plata” de Hudson. Todavía me interesa. A Álvaro le gustó y a Cande también, pero dice que le falta algo. No sé muy bien qué puede ser, tengo que pensarlo. Si se les ocurre, genial, alguna sugerencia, todo es bienvenido. Pueden decirme lo que sea. Mi idea era que sean sólo instrucciones, que lo demás, lo que podría venir después, quede librado a la imaginación del lector. También me gustaría que esté acompañado de ilustraciones, al menos una.



Instrucciones para viajar sobre el lomo de un puma

No te muevas y miralo fijo a los ojos. Esperá que se acerque un poco.


Arrojale un ovillo de lana y dejalo jugar hasta que se canse.


Mientras, sentada, criticá al yaguareté, maldecilo. Decí cosas como “Este quién se cree, ¿el dueño del monte? Si no sabe ni correr”.


Al caer agotado, acomódate a su lado y acariciale la cabeza, el lomo.  


Entonces, ahí, sin vacilar, sacá rápido el cuchillo y fingí que lo vas a degollar.


Al sentir su cuerpo temblando, y cuando empiece a llorar, limpiale las lágrimas con los dedos y susurrale al oído una canción suave, como de arroyo.


Abrazalo fuerte, sostenido.


Cuando se ponga de pie, agarrate de la nuca con una mano y pegando un salto subite al lomo.


Agachada decile a dónde querés ir.


Entonces, atravesando la llanura, nadando por ríos y lagos, saltando de piedra en piedra, de rama en rama, te va a llevar a donde le pidas.





Advertencia: no pruebes las lágrimas.







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